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Un relato de un cornudo

Este relato lo leí por ahí. Espero lo disfruten...

Mi esposa y yo tenemos la costumbre de reunirnos todos los viernes en la noche en una de las tascas de la ciudad, tomamos unas copas, conversamos de problemas conocidos, escuchamos música y la mayoría de las veces la pasamos bailando.

Una noche nos encontramos por casualidad a un viejo amigo de ella el cual tenía ganas de gozársela desde la Universidad, cosa que recuerdo de la época en que la conocí y que ella misma me había comentado de lo interesado que estaba el en poseerla.
Martha es una mujer de 28 años, piel canela, ojos cariñosos y una boca poseedora de unos apetitosos y sensuales labios por lo que había percibido en la calle las más lujuriosas galanterías, reseñados a los majestuosos placeres que tal boca proporcionaría; del cuerpo que posee solo podría describirlo como Esplendoroso.




Owen andaba solo y nos pidió compartir un rato con nosotros mientras llegaba alguien que esperaba, lo pensamos por un momento y nos pareció que su breve compañía no entorpecería nuestra estadía, entablamos una amena conversación en la que tocamos diversos temas y la verdad yo nunca había tenido la oportunidad de compartir con el, a todas estas le había permitido que bailara con ella varias veces demostrando ser una persona educada, respetable y también muy divertido.

Entrada ya la noche y con varias copas en la cabeza le hice el comentario de que la persona que esperaba ya no vendría a lo que serena y pausadamente me comento que yo había sido un hombre afortunado tan solo por el hecho de compartir la vida al lado de una mujer tan preciosa y divinamente creada como Martha, la cual reintegró el cumplido obsequiándole un pequeño beso en la mejilla.

Al poco rato el se retiro para ir al baño oportunidad que aprovecho ella para comentarme de las ganas que tenia de jugarle una broma a Owen, que sabia que con solo un pequeño toque de sensualidad y coquetería lo pondría a sudar de la calentura que este asumiría; no me parecía tan descabellada la idea y como solo se trataría de una animación lo deje en sus manos pero bajo mi supervisión. Al llegar este del baño de inmediato lo invito a bailar amparándose en el ambiente romántico del momento.

Pude observar como bailaban con los cuerpos sellados uno al otro en un calido abrazo totalmente frente a frente, cara con cara uno del otro como si ya fueran a besarse conversando animosamente ya que se reían casi a cada rato. Me sorprendió el momento en que ella lo tomo por su trasero lo centro y atrajo mas cerca de su cuerpo, me observo como preguntándome con esa mirada feroz si lo estaba haciendo bien, y solo pude devolverle un gesto de aprobación con una sonrisa, cosa que note no me disgustaba sino que cada vez sentía que me estimulaba a mi también.

Terminaron de bailar para sentarse de nuevo a la mesa y continuar compartiendo a mi lado, fue cuando pude notar la evidente erección que aquel hombre trataba de disimular con cierta incomodidad ante mi presencia; no la deje que se sentara y le sugerí que era mi turno de bailar con ella, una vez en el centro de la pista y confundidos con el resto de las demás parejas le apoyé en su calida pelvis la tiesura que albergaba mi pene, ahogado entre mi ropa interior a lo que aproveche para liberarlo de la incomoda posición en la que se encontraba.
Le pregunte si estaba dispuesta a continuar con el juego diciéndole que me había dado cuenta de lo excitado que se encontraba Owen y que las cosas se estaban poniendo comprometidas ya que todos estábamos en las mismas condiciones a lo que de inmediato respondió que tenia deseos de alargar un poco mas el escenario ya que el hecho de apreciar que tenia el poder de pararle los huevos a dos hombres a la vez la llenaba de una ardiente delicia, alegando solo que confiara el ella, que todo estaba bajo control y así esperaba mantenerlo.

Llego el nuevo turno para bailar con el a lo que me permití tomar un poco de aire fresco con la idea de que se consideraran mas íntimos, a lo que luego de escasos minutos me incorpore y pude observar esta vez que ya ambos estaban proporcionándose caricias al unísono sobre sus cuerpos, dándose sutiles muestras de devoción del uno por el otro, la verdad ya no me estaba gustando la idea de verla siendo manoseada y besada por otro hombre a lo que ella pudo notar por mi alteración y con un guiño de un ojo me aseguro que aun tenia el control, bailaron esa y un par de piezas mas para luego reincorporarme yo al baile y escuchar de sus labios que la estaba pasando bien, que sentía una sensación extraña jamás antes vivida, que los jugos de sus extrañas le tenían inundado su sexo, cosa que pude notar cuando le metí mi mano en sus genitales y pude evidenciar lo húmeda que se encontraba, con mis dedos acaricie su clítoris por un momento para de inmediato ella exclamar unos suspiros que manifestaban estar alcanzando un orgasmo, de inmediato le pedí que fuese al baño y se quitara las pantaletas para dejar que sus brebajes fluyeran y recorrieran el contorno de sus piernas.

Una vez incorporada a nosotros, luego de una breve y calmada pausa lo invito a bailar de nuevo pero se le notaba en el rostro una imagen sádica con ganas de devorarse al mundo entero, nuevamente en la pista note como sacaba la pantaleta de su brasier para borrar las gotas de sudor que rodaban por el rostro de aquel hombre quien como respuesta automática deslizo las dos manos por debajo de la falda para acariciar aquella acuosa intimidad escondida, se podía notar claramente como apretaba y separaba tan golosas nalgas, luego una de las manos la vi encajarse en la raja y jugar por un rato con aquel clítoris que nuevamente estaba expandido lleno de deseos, caricias y que se encontraba a punto de estallar, o mejor dicho estallando en ese momento por lo que reflejaba aquella expresión facial que yo conocía, ella jadeaba como animal salvaje, pronunciaba su nombre y se aferraba cada vez mas a su cuerpo cosa que el aprovechaba para llevar cada vez mas adentro aquellos dedos que removían sus profundidades, por la expresión de sus ojos pude comprender qué en ese momento le estaban encajando otro de los dedos en aquel calido culo, no lograba juzgar lo que mis ojos estaban percibiendo, aquella mujer entregada en penumbras a los mas profundos apetitos libidinosos ante decenas de acompañantes desconocidos e inocentes de lo que estaba sucediendo, revolvía y descomponía su cuerpo en aquellas manos que le proponían tanta delicia.

Tomaron una pausa ya que ella no soportaba un segundo mas de pie como consecuencia de aquella cadena de orgasmos, se sentaron a mi lado quedando ella en el medio de los dos, cuando se reanimo de aquel momento de turbulencias se apego a mi hombro buscando protección, como apenada del espectáculo que me había ofrecido, a lo que entre susurros le dije que había estado hermosa, divina y que lo único desagradable era que ya no me aguantaba aquella erección que conservaba desde hacia tiempos atrás. Lo comprobó al llevar una de sus manos sobre la tela de mi mojado pantalón que ahora no dejaba de acariciar, para luego con la otra mano propiciarle a el las mismas caricias, no alcanzaba dar crédito a lo que mis ojos estaban viendo, ahora hábilmente bajaba la cremallera de ambos pantalones introduciendo sus manos para poder hurgar de cerca aquel par de órganos al margen de una descarga, nos exigió que bajáramos los pantalones hasta las rodillas para así poder halagar nuestros penes y testículos a total plenitud, gracias al mantel de la mesa aquel momento donde estaba ella apegada a una verga en cada mano pasaba desapercibido ante los ojos de nuestros acompañantes.

Owen se levanto repentinamente para ir al baño a lo que figure que no pudo aguantar tanta presión y había conseguido un silencioso orgasmo a manos de Martha, cosa que aprovecho ella para deslizarse secretamente bajo la mesa y tomar mi pene con las dos manos para embutirlo poco a poco en su calida boca, favoreciéndome con las mas suaves caricias, lamidas y mordeduritas que esa divina boca y carnosos labios solo podían propiciar, en pocos instantes me encontraba descargando en su boca todo mi esperma, a lo que ella no hacia ningún esfuerzo por tragar y sin dejar derramar una sola migaja de mis secreciones.

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